La restricción no es arbitraria: a veces el personal médico necesita poder ver los ojos de un jugador lesionado sin quitarle el casco y los visores polarizados interfieren con ello. Se realizaron investigaciones que hallaron que el peso adicional tiene un efecto negativo sobre la integridad estructural del casco y fatiga los extensores del cuello, lo que pone a los jugadores en riesgo de posibles lesiones.