El conjunto español presentó un grupo cuya base la formaban jugadores del campeón de Liga, la Real Sociedad, y del vencedor de la Copa del Rey, el Real Madrid. El seleccionador, tras la dimisión de Kubala, fue José Santamaría y, aún con las actuaciones anteriores, para esta edición las expectativas del equipo español eran consideradas muy buenas al jugar como local, especialmente por las razones de que en el anterior gran torneo celebrado en suelo español -la Eurocopa de 1964- el combinado salió campeón y porque, desde los orígenes mundialistas, las selecciones de los países organizadores siempre habían realizado un papel muy destacado.