Erick, un chaval amable que rondaba los 18 años, fue mi guía durante toda la jornada. El viaje debía continuar así que decidimos viajar de noche para ahorrar hospedaje y continuar avanzando hacia el sur de Perú. Según me contó Héctor Baltazar Arzú, señor garífuna encargado de cobrar la entrada en 7 Altares, camiseta de italia el chamán Agustín Baltazar -intuyo que sería familiar suyo- utilizaba este bello paraje como centro místico de curación.