Durante la final del mundial de 1970 Pelé, que en ese entonces era imagen de Puma, camiseta argentina le pidió al árbitro un segundo para amarrarse los chimpunes y así lograr que todos los medios lo enfocaran. Luego, Riquelme pone el 2 a 0 de penal, y se va festejando hasta quedar enfrentado con el palco del presidente de Boca en ese momento, Mauricio Macri, e hizo un gesto «indirectamente» hacía él, poniéndose las manos a los oídos, en señal de protesta hacía las quejas que tenía Riquelme sobre su contrato.