Lo bueno de las chapas de rosca es que son mas regulares y tienen los dientes más cerrados; eso ayuda a un mejor control y golpeo de balón más limpio que con las chapas normales. Es un momento de cambio y me pone contento poder trabajar junto a la Confederación y los jugadores para que no les falte nada y pensar ya en el ciclo olímpico que viene, que será corto porque la clasificación se define en menos de dos años.